Aunque es una uva originaria de Francia, actualmente es la uva por excelencia y emblemática de Argentina. Cuando la terrible filoxera (durante la década de 1860) terminó con los viñedos y acto seguido por las guerras, la región francesa tardó en recuperarse. Mientras en el continente americano se comienza a dar muy bien, al grado de instituir al Malbec como Denominación de Origen (DOC), protegiendo así el nombre de la zona y obligando a los vinicultores a mantener la calidad en sus vinos. El Malbec en Argentina es toda una celebridad, y a nivel internacional se celebran el 17 de abril como “Día Mundial del Malbec”.
Actualmente el Malbec se produce en diversos lugares del mundo, aquí algunos de ellos: Argentina (Mendoza, La Rioja, Salta, San Juan, Catamarca, Jujuy, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires); Chile (Valle de Colchagua y San Antonio); Francia (Cahors y algunas regiones de Languedoc, de Brudeos y del valle de la Loira); Estados Unidos (California, Texas y Oregón); Australia; Nueva Zelanda; Sudáfrica; España (aunque no es habitual en Ribera del Duero la mezclan con otras uvas). Y afortunadamente, en MÉXICO, tenemos muy buen Malbec en Querétaro, en Baja California, en Parras-Coahuila y en Aguascalientes.
El Malbec es una uva muy frutal que madura muy bien en barrica. Sus taninos nobles, la hacen muy cálida y suave en nariz y boca.
Su color es lo que me mantiene hipnotizada. Un rubí intenso y obscuro con matices violáceos, puede incluso llegar a verse como un vino negro violáceo. A mí me recuerda a un terciopelo, a veces rojo cereza y otras, rojo guinda. Me parece un color elegante y sexy.
En nariz, las flores y las frutas brotan de inmediato; a pesar de tener barrica. Se encuentran en su genética olores como ciruelas, cerezas, zarzamoras, uva pasa. Y ya con algún detalle de barrica, llegan a la segunda nariz: cuero, café, vainilla, trufas, chocolate obscuro.
En boca es noble y dulce cuando joven, como: mermeladas de ciruelas, frutos secos y notas balsámicas. Con barrica mantiene una gama frutal y detonan un poco especies como la pimienta o la vainilla.
Su maridaje es perfecto para carnes rojas, carnes a la parrilla y quesos. Pero lo que más me gusta, es que es una de las pocas uvas que marida muy bien con las pastas en salsa de tomate… y es que yo soy fan de la arrabiata.
Esta uva me inspira, me evoca arte y elegancia, sensualidad suave y modernidad clásica. ¿Por qué es mi uva favorita? Aquí te cuento la breve historia.
Les dejo un link de Vivino al top 10 vinos Malbec mexicanos para que los busquen, los prueben y me etiqueten con el #shewearsmalbec en Instagram. SALUD…